Consecuencias del acoso escolar

El acoso escolar produce efectos negativos en todas las personas implicadas: la víctima, el agresor y los testigos.

Estos tres protagonistas (lo que se denomina el triángulo del bullying) padecen las consecuencias de este comportamiento. El acoso implica un desequilibrio social y, por tanto, va a marcar, en el tiempo, la personalidad de los/as implicados/as. De esta manera, les influye a nivel emocional y en el resto de relaciones sociales que van a establecer.

Así, por ejemplo:

Consecuencias para la víctima:

  • Baja autoestima.
  • Actitudes pasivas.
  • Trastornos emocionales.
  • Depresión, ansiedad. 
  • Bajo rendimiento y fracaso escolar.
  • Aparición de miedos.
  • Sentirse culpable.
  • Cambios en el comportamiento: introversión, aislamiento social y soledad.
  • Problemas en las relaciones sociales y familiares.

En algunos casos, el acoso escolar ha conducido a las víctimas al suicidio.

Además, compartimos con vosotros/as algunos testimonios de víctimas:

  • Yaiza: era acosada por ser nueva en el instituto.
  • Joel: sufría este tipo de violencia por su aspecto físico y su manera de expresarse.
  • La historia de Iñaki Zubizarreta quien sufrió acoso por su aspecto físico.

Consecuencias para el agresor:

Aunque no padecen un sufrimiento directo, como ocurre con las víctimas, los agresores presentan:

  • Un bajo rendimiento escolar.
  • Conductas antisociales y delictivas. La ira e impulsividad del agresor pueden conllevar a su participación en peleas o actos vandálicos.
  • Consumo de alcohol y otras drogas en la adolescencia y edad adulta.
  • Falta de empatía. El agresor no comprende el sufrimiento que ocasiona y puede impedirle desarrollar relaciones sociales sanas en el futuro.
  • Repetición del modelo violento en sus relaciones. Existe una correlación entre el acoso escolar y otras formas de violencia en la edad adulta, como el acoso laboral, el maltrato a la pareja, etc. El agresor tiende a justificar las agresiones.

Consecuencias para los testigos:

Las consecuencias para los/las observadores, que mantienen una actitud pasiva, no son tan visibles.

Sin embargo, puede provocar el convencimiento de que no se puede hacer nada o que es mejor no intervenir frente a la injusticia. Por lo que se da la espalda al que sufre. Esta actitud del/la espectador/a afianza la personalidad violenta y debilita determinados valores fundamentales en la comunidad, como el respeto, la tolerancia, la empatía, etc.

Como nos muestra el vídeo, todos/as somos interpelados por el acoso escolar. Por eso, es necesario aprender valores como la comprensión y el respeto. Y, aplicarlos para crear una sociedad tolerante.